Es innecesario que los tiranos de hoy quemen libros.
El adulto promedio no lee.
De los que sí leen, el adulto promedio, no entiende a profundidad.
De los que entendieron lo que leen, el adulto promedio no asimila lo que entendió, la energía de lo leído lo olvida a los 15 minutos, como cuando un niño se siente inspirado justo al terminar un sermón motivacional, y al paso de un rato vuelve al estado mental del esfuerzo mínimo.
Lennarth Anaya
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