Tan acostumbrad@s estamos, las personas auténticas, a la falta de valía del grosor de la población, que cuando nos topamos entre nosotr@s no tenemos el ánimo de siquiera observar nuestros rasgos e identificarnos y nos ignoramos de la misma forma en que ignoramos a tantos tan decepcionantes entes deambulantes.
Lennarth Anaya