Pedí una bebida en la tienda y un señor trajo otra. Le dijeron que era la blanca, y volvió a traer otra. Con gesto de desesperación, la dueña dijo que esa no era. Entonces noté que el señor no sabía leer y le dije que no tenía yo prisa y que me permitieran leer los ingredientes de las otras bebidas. Al señor, a pesar de su tono obscuro de piel, se le notaba el rubor en el rostro y no miraba a los ojos.
Deseo aclarar la diferencia entre estupidez e ignorancia. Un estúpido es alguien a quien ya se le ha proporcionado conocimiento, y por patán o patana simplemente lo acomoda a su interés. Alguien ignorante es alguien que carece de ese conocimiento.
No podemos ser intransigentes con quien ignora, y lo que ignora puede ser tan amplio, que merecerá mucha paciencia para poder obtener progresos con esa persona, pero lo merece si no manifiesta estupidez.
Un estúpido no merece paciencia porque no le falta algo para entender, simplemente no le apetece hacerlo.
Lennarth Anaya