La falsedad del débil



La falsedad es una característica de los débiles, que piensan que su verdadero ser no tiene suficiente valía para lograr objetivos o para simpatizar a los demás.


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De los objetivos profesionales

En cuanto a los objetivos, es verdad que ser franco no es la mejor alternativa para quien se propuso así mism@ objetivos que requieren simpatizar a los demás, como:
  • Ganar concursos de belleza.
  • Ser modelo profesional.
  • Ganar un concurso de oratoria, pues la calificación es mayoritariamente subjetiva aún cuando intenten establecerse criterios de valoración objetivos.
  • Tener una profesión artística bien remunerada (incluyendo deportes de apreciación), pues la remuneración depende de la aceptación de las personas y la calidad del arte podría ser extraordinario pero no ser reconocido por la gente por cuestiones de antipatía.
  • Entre otras muy pocas (agradeceré a quien me apoye a ampliar esta lista o me refute con fundamentos la nota completa).
El fuerte no elige este tipo de objetivos.

Los deportes no artísticos no pueden ser clasificados dentro de este tipo de objetivo porque existen reglas objetivas en las que no importa la personalidad de quien lo practica, siguiendo las reglas puede ganar aún sin ser del agrado de los árbitros y público en general.

La profesión no puede ser catalogado dentro de este tipo de objetivo porque las personas ofrecen un servicio que otras personas y el valor que aportan es lo que incentiva la contratación del mismo. Es verdad que los débiles tienen como criterio de selección, la simpatía, pero esa debilidad los hace vulnerables ante los fuertes y se ven obligados a corregir ese comportamiento. Si usted es un profesionista que labora en una empresa en la que parece que sólo asciende quien mejor simpatía tiene ante los superiores, ¿por qué debería preocuparse?, ¿a caso le convendría ascender en es ese tipo de organización en donde la competitividad se degradará paulatinamente por sus propias prácticas?, ¿no cree usted que su lugar está en otra parte, con gente profesional de verdad? No conciba la posibilidad de rebajarse ante un superior (hablando en términos de jerarquía organizacional), porque quien lo exigiera no sería digno de trabajar con alguien tan capaz como usted. A sus clientes, o a la empresa en la que labore, les conviene tanto como a usted su relación comercial/profesional, porque usted aporta valor y satisface necesidades, no tiene por qué fingirlo, concéntrese sólo en que ello sea verdad y siempre habrá alguien que le solicite sus servicios, sin necesidad de simpatizar*.

De la simpatía de los demás

En realidad todo tiene que ver con los objetivos, profesionales o personales, simpatizar a los demás es un objetivo personal. Daré algunos ejemplos muy comunes de cuando sentimos el impulso por no ser nosotros mismos.

             Familia

En la familia, por ejemplo, los niños observan por qué existen consentidos e intentan imitar las actitudes que son aceptadas para ser queridos. Si no lo consiguen podrían irse al lado opuesto, al lado de la rebeldía, por coraje, pero de la misma forma estarían siendo falsos, pues en realidad estarían fingiendo un comportamiento no aceptable, que no nace de ellos, con tal de llamar la atención. Las personas extravagantes que presumen ser auténticas y seguir sus gustos, realmente están demostrando que desean encajar en un grupo distinto del que fueron rechazadas. Un padre de familia, y otros adultos que son ejemplo de la infancia en una familia, que promueven la existencia de niños consentidos y niños rezagados, son adultos débiles, incapaces de comprender la diversidad y fomentar la armonía. Cuando se rezaga a un niño por su desobediencia, se reconoce el mismo nivel intelectual infantil. Un adulto maduro e inteligente sirve de ejemplo y guía para que el infante comprenda las razones por las que hay comportamientos no apropiados. Una pequeña corrección es atendida meticulosamente por un niño porque no le acompleja, sino que le estimula su capacidad de entendimiento. Un regaño escandaloso que acompleja, distrae la atención del niño en la lección y éste se concentra en catalogarse así mismo como bueno o malo y comienza a "etiquetar" a las personas como capaces o incapaces, buenas o malas, cuando en realidad cualquier acción es sólo un instante que puede ser corregido y no debería marcar la vida de nadie (al menos un niño no hace cosas que lo marquen de por vida, y bien educado, no lo hará nunca). La supuesta necesidad de un adulto a ser falso se formó en el seno familiar a temprana edad.

             Amistad

En nuestra cultura occidental, después de la familia, los seres humanos comienzan a entablar relaciones de amistad con individuos que, al no pertenecer al mismo núcleo familiar, no sienten la obligación de lidiar entre sí. Lo que les permite relacionarse son la simpatía, la empatía y la satisfacción de necesidades. Si usted es una persona simpática siendo usted mism@, no hay más que decir, habrá personas que no le ofrezcan su amistad, pero habrá tantas otras, que ni se preocupará por no ser usted mism@. Pero, lléndonos a un caso extremo (el caso extremo que orilla a alguien a no ser sí mism@), si usted sabe que no es una persona simpática o agradable, aún tiene la oportunidad de que la empatía y la satisfacción de necesidades le permitan relacionarse. En el apartado sobre política, del que escribo más adelante, comento sobre la empatía; y ya comenté sobre la satisfacción de necesidades en el párrafo del profesionalismo, en la sección de los objetivos de esta misma nota. Concentrándonos en el tema de la amistad, si cree usted que siendo usted mism@ no logrará amistades, piense que dejando de ser usted mism@ menos logrará amistades verdaderas, serían sólo una ilusión, una ilusión que tarde o temprano le cansará a esas personas, pero sobre todo a usted, una persona fuerte que se concentra en cosas reales, importantes, que no condiciona su tiempo con vanalidades. Asuma el escenario de quedarse sol@ y ser felíz así con sus intereses, con sus actividades, con su filosofía; y aún así, su sinceridad tarde o temprano, siendo una persona sin simpatía, encontrará personas interesantes con quienes establecerá una amistad.


             Pareja

La frivolidad de nuestra cultura occidental nos ha educado para elegir pareja con criterios muy cerrados y superficiales, basados primordialmente en la apariencia física y en el comportamiento. Podemos notar la enorme cantidad de jóvenes bellas en países latinoamericanos que se pintan el cabello de amarillo para "parecer más bellas". El maquillaje mismo es una muestra de esa cultura de la imagen. La vestimenta y actitud de los caballeros en eventos sociales también es radicalmente distinto, la actitud es falsa y se juzga a los individuos por su vestimenta. Se juzga a la gente por la pareja que tiene, como bien comentó mi amiga Belem López: "A veces pienso que la gente elige pareja para los demás y no para sí".

¿Qué afecto más fuerte puede haber que aquel que se dio cuando dos personas conocen realmente?, el fuerte no quiere ilusiones, no se interesa en la opinión enferma de una sociedad sin principios, el fuerte no necesita fingir, disfrutará lo que tiene y será digno todos los días de su vida no por conquistar a nadie, sino porque es lo correcto.


             Política

La empatía es aquella facultad de que, sin necesidad de agradar a los demás, hace que los demás estén de acuerdo con usted. Ésta es debida al sentido común y la inteligencia. Es como aquel político de sentimientos sinceros de bienestar común (que parece mito, pero de vez en cuando se presenta en la política local de alguna que otra comunidad o una nación entera), hace que la gente sienta empatía, aún cuando pudiese ser una persona de carácter fuerte y poco sociable. Las personas escuchan lo que dice y reconocen la certeza de sus palabras y lo siguen. Es por ello que rechazo rotundamente que la política sea un tipo de objetivo que requieren ser falso y no la coloqué en la lista de objetivos que requieren falsedad en la sección anterior, aunque reconozco el político fuerte no tiene muchas alternativas en un mundo en donde la mayoría de la gente no desarrolla su inteligencia, ni su sentido común, ni su valentía, ni su sentido de justicia; pero qué político querría trabajar para un pueblo lleno de gente nefasta, si bien es cierto que él y su familia se ven perjudicados por esa cultura desordenada, también es cierto que ser falso para ser elegido sólo representaría un primer paso para, seguramente, convertirse en lo mismo; aunque reconozco que habría una probabilidad pequeñísima de que exista una mente tan brillante, que en vez de perderse en esa falsedad cambiara su entorno político para bien, por medio de esa falsedad, porque alguien tan consciente de las facilidades de la apariencia requeriría además un cimiento moral muy fuerte para no abusar de él.


*Aunque alguien profesional siempre termina simpatizando, porque a la gente nos agradan los buenos resultados.

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